El dicho popular dice que quien ahorra siempre tiene. Pero cuando llega ese cheque de pago a veces se esfuma, como por arte de magia. Se va en el pago de la casa, de las tarjetas de crédito, las fiestas familiares, las comidas en restaurantes, la ropa para los niños, el arreglo del carro y al final ¿cómo ahorrar si ni siquiera vemos el dinero? Es como si tuviese alas, viene y se va, se esfuma.
Cortando las alas Podríamos empezar preparándonos una taza de café y mientras ese cafecito se cuela, busquemos un cuaderno, una calculadora sencilla y un lápiz con borrador. Empecemos escribiendo en el tope de la página los siguientes encabezados: Por J.G. Santiago
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