El coordinador de la Pastoral Juvenil, padre Luís Rosario, consideró que el país se ha convertido en una especie de “pocilga” en lo que se refiere a la pérdida de valores y problemas de las drogas.
Dijo que el tráfico y el consumo de sustancias prohibidas llenan de mucha preocupación a la iglesia ya que están haciendo que las personas pierdan el sentido y la dignidad.
Entiende que las autoridades no deben emplear solo el mecanismo de la represión para atacar el problema de la droga sino que deben también sancionar su consumo.
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