Las Llamadas derivan del llamado que hacían los negros cuando comenzaban a reunirse, ya sea para actividades festivas como para tratar determinados temas sociales. Era costumbre que un par de tambores de cada agrupación saliera a recorrer las calles tocando candombe y así se comenzara a armar el grupo para ir juntos a festejar el Carnaval.
Los negros eran ya desde hace mucho tiempo parte de los festejos del Carnaval montevideano, aunque muchas veces no podían ser parte de los festejos oficiales, por lo que festejaban entre sí cantando y bailando por las mismas calles donde vivía la mayoría de ellos.
Hoy, ya no se habla de blancos y de negros, se habla de murguistas, comparsistas y carnavaleros, y muchos de estos repiten todos los años un verdadero homenaje a sus antepasados en los barrios Sur y Palermo. Allí, dos días al año, cuando el almanaque anuncia que febrero recién ha comenzado, se festejan las Llamadas.
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