Llegar a
saber con certeza cuándo y dónde nació verdaderamente el ajedrez es
casi imposible. Pese a que se han realizado investigaciones, los
investigadores han chocado continuamente con la gran sombra
impenetrable de los siglos.
Entre los objetos hallados en la
tumba de Tutankamón, por ejemplo, fueron encontradas piezas de un juego
de interior que se supuso habría pertenecido a otro juego del que
habría derivado el ajedrez. Tiempo después, no obstante, hubo que
descartar aquella teoría.
Quizás el primer indicio que se tiene
hasta la fecha de una forma de ajedrez, data del S.VI d.C. y fue
descubierto en la India bajo el nombre de "Chaturanga". Los persas
adoptaron el juego y a ellos debemos gran parte de su actual
nomenclatura. Cabe destacar que la expresión Jaque Mate deriba de la
palabra persa SHAH MAT (el rey está muerto).
Asimismo, los
árabes fueron quienes difundieron el ajedrez a lo largo de la costa
norte de África y en la Península Ibérica entre los siglos VIII y X d.C.
Los
Bizantinos, entusiastas y practicantes del juego, lo difundieron en
Rusia y en los Países Escandinavos. Aquel tipo de ajedrez, sin embargo,
no echó raíces en Europa Occidental, en donde prevaleció la forma
italiana del juego, derivada de una fusión con el ajedrez árabe.
Muchos
son los tratados sobre teorías que nos han legado aquellos grandes
jugadores de antaño -entre los cuales destacan los árabes - pero los
escritos más antiguos en existencia pertenecen a los jugadores
españoles del Siglo XVI, entre los cuales debemos mencionar a Ruy López
de Sigura, fraile español desaparecido en 1561.
Las competencias
individuales de quienes pretendían ser los más grandes jugadores de su
tiempo, llevó en el siglo pasado a la realización de un torneo entre
los mejores ajedrecistas de la época. Dicho torneo fue llevado a cabo
en Inglaterra, el 1851, y su vencedor fue el combinador alemán Adolf
Anderssen. Oficialmente, el primer campeón mundial de ajedrez fue
Wilheim Steinitz.
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